domingo, 7 de febrero de 2010

EN EL SILENCIO DE LA NOCHE... ASÍ LO SIENTO

(Estos pensamientos los expresé el pasado 28 de Enero. Tal como lo sentí)

Mañana será otro día. A veces lo que desea una es que sea de nuevo ayer. Que sea de nuevo ayer y reconstruir la historia, y pulir los desperfectos. Pero…¡¡qué absurdo!! ¿Si hoy es como ayer, por qué construyo la obra en bruto?
Me gusta soñar. Cerrar los ojos y transportarme. Me gusta mirar atrás y revivir a mi manera, desde mi óptica, los momentos que me apetecen y elijo. Ir a mi niñez. Ver de nuevo a mi padre y contarle todo lo que me ha pasado y que él no sabe, ¿o tal vez sí?...
Oler los jazmines del patio de mi abuela. Mancharme de alquitrán en la playa. Estremecerme de nuevo con el primer beso. Cantar las tablas de multiplicar. Comer “phosquitos” “chapelas” y “pantera rosa” en el patio del colegio. Saltar la comba. Beber “Mirindas” de naranja. Desollarme las rodillas y romper zapatos. ¡¡¡Replay!!!
Cierro los ojos. Sueño. Y revivo… Y disfruto. Y sonrío.
Somos tan imbéciles, que no sacamos el jugo a cada momento de la vida. Vivimos y pasamos como si el tiempo estuviese estancado. Inerte. Sin embargo los muertos somos nosotros por no disfrutar, saborear y transspirar cada segundo de nuestra corta andadura.
Por eso yo, cierro los ojos y sueño. ¡¡¡Por si me he perdido algo!!!
Intento capturar en mi alma algún soplo de la vida no vivida. O no gozada.
Y cuando lo consigo, (porque a veces lo logro),… atrapo el recuerdo en el entramado neurótico de mi cerebro, y lo plasmo en la memoria para no olvidarlo jamás.
Mientras tanto sigo aquí. Hablándole a la conciencia. Deshilando las hebras de mi existencia con la simple intención de tejer de luz, de nuevo, un sueño en la oscuridad de esta fría noche.
Cierro los ojos. Vivo. Sueño...hasta mañana, que será otro día.

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